El “hype” o fenómeno de Daft Punk tan sólo se reduce a una buena fórmula; inteligente, bien jugada y que quiso aúnar un concepto uniendo generaciones y recurriendo a los próceres del género del disco y el funk setentero y ochentero, entre ellos al experimentado productor Giorgio Moroder y al también connotado productor de bandas como Chic, o de los esenciales ochenteros como “Like A Virgin” de Madonna o “Let’s Dance” de Bowie, el visionario Nile Rodgers; ambos quienes se presentaron como caballito de batalla
y como un experimentado soporte para el álbum, sumado a la impronta futurista y el amplio dominio de la electrónica y recursos estilíticos de esa sepa del dúo francés, lo cual ya se presentaba como algo más que interesante. Eso, sumado a algunos otros músicos invitados de nuestra era, ya auguraba algo auspicioso y diverso.
También la expectación previa a este lanzamiento tiene que ver con la brecha gruesa que separaba este último lanzamiento de su anterior, doblando la impuesta anteriormente, donde por ejemplo desde 1997 se dieron el lapso de cuatro años entre disco y disco, y esta vez fueron 8 los que lo separaban desde su antecesor “Human After All” (2005). El dúo se demoró más que nunca esta vez pero todos los índices apuntaban a que la espera iba a valer la pena. Y así fue no más.
El suceso de ‘Get Lucky’ movió masas, caderas, y revolucionó las webs melómanas y discotecas de todo el mundo, un hit pegador por donde se le mire, incluso sobreexplotado hasta el cansancio, antes y un poco después del lanzamiento de este disco (versiones remixadas en YouTube llovieron y lo seguirán haciendo), aparte de las que la misma banda ofrece y continúa ofreciendo, aunque la definitiva del disco con Pharrell Williams queda como la más groovie y funky y quedó perfecta. Primer remezón mediático e impacto musical claro que no dejó indiferente a nadie.
Pero el disco es en esencia muy entretenido y es mucho más que ‘Get Lucky’, es por eso que los aplausos se presentan merecidos. ‘Giorgio by Moroder’ debe ser una de las más ingeniosas, la apertura con un speech del propio Giorgio Moroder hablando de su vida, de sus inicios en las discotecas alemanas setenteras, de las pellejerías que tuvo que pasar para dedicarse a la música y de cuanto le interesaba hacer algo vintage disco pero que sonara “con el sonido del futuro al mismo tiempo” queda expresado e inmortalizado en el track, lo cual es la idea que plantea “Random Access Memories” a ciencia cierta globalmente. Se podría decir que su discurso y la canción resume muy bien lo que es este álbum.
Por otra parte, tenía que pasar algo extraordinario para que Julián Casablancas soltara su mejor canción en mucho tiempo (aunque no es toda suya) pero es lo mejor que le hemos escuchado en años (ya que mejor ni hablar del pobre regreso de The Strokes). Se trata de ‘Instant Crush’, una canción que arranca melosa y cansina, pero que se vuelve electrizante y totalmente cautivante, suena a clásico de la vida, pero no, tiene su presencia totalmente moderna e innovadora y “Daft Punkizada”, lo que es sinónimo de la inventiva futurista al mismo tiempo que propone esta singular placa. Antes, la apertura de ‘Give Life Back to the Music’ no se queda atrás y es la que enciende fuegos con las robotizadas voces de DP pero que nos recrea el funky y disco de inmediato, acá con la colaboración Paul Jackson Jr., otro experto no sólo en esta materia, sino que en el jazz y hombre tras la discografía más clásica de Michael Jackson.
El álbum trata de variar en su propuesta, pese a que la apuesta está clara y sobre la mesa, hay canciones “melosas” como ‘The Game of Love’, donde suenan las voces de estos pseudo robots franceses en una balada muy romántica, lo cual no deja de causar alguna gracia (la humanización de los robots de la que tanto escribió Isaac Asimov, el escritor de ciencia ficción, esta vez traducida en la música).
La aletargada ‘Touch’ suena de lo más experimental, pero entra con unos vientos que la aterrizan y nos llevan de viaje nuevamente por diferidos márgenes, es un tema que va y viene, se detiene y contrasta, lo cual la hace bastante interesante y, en este caso, acompañada por la voz del legendario cantante Paul Williams como plus adicional. Por este terreno deambula la instrumental ‘Mother Board’, con guiños claros a Kraftwerk en el uso de ondas martenot y manteniendo una percusión tribal atrapante. La marca de los alemanes pioneros es evidente en TODO lo que ha hecho la música electrónica luego de su genial aparición.
‘Lose Yourself to Dance’ es justamente eso: una canción para hacer saltar de su silla hasta el más tímido y verlo perderse bailando: sutil y con una onda impresionante, aunque no varía mucho en su propuesta. Pharrell Williams en esta pasada, deja claro porque fue el elegido para interpretar este tipo de canciones. Su voz bordea lo sublime y se empapa del divertimento propuesto en la canción.
En fin, el regreso de Daft Punk puede seducir mucho más allá de los que se indentifican con el pop o la electrónica solamente, perfectamente simpatiza con el indie, el sonido clásico del disco, el funk y el soul; pero ojo, que Daft Punk pese a que se asesoró genialmente y creó algo muy vintage, al mismo tiempo presentó ideas completamente innovadoras que los reconfirman como unos (re) inventores quizás de lo que Moroder interpreta como “la música del futuro”, algo que vienen tratando-y de forma notable- desde hace más de una década. Sin duda un”hype” justificado, aunque su perdurabilidad en estos tiempos- y los que vendrán- está por verse.
Por Patricio Avendaño R.
http://www.nacionrock.com/daft-punk-random-access-memories-2013/